Las actividades le permiten a la niñez adquirir habilidades motrices que requieren gran delicadeza, precisión, cuidado, concentración y autocontrol. También fortalecen el trabajo muscular ya que aquí los niños corren, brincan y ruedan. Para el manejo del cuerpo es necesario mostrar cierto nivel de destreza. Es por ello que este rincón también permite que, más allá de lograr coordinación, que los niños y niñas relacionen objetos entre sí, pudiendo así conseguir a largo plazo una formación más integral, ordenando y asociando diferentes cosas y objetos, así como desarrollar sus habilidades de psicomotricidad.
Esto puede resultar muy divertido para los niños si se presenta en forma de juegos y en materiales como aros, pelotas, cuerdas o colchonetas. Estos juegos se pueden llevar a cabo en lugares al aire libre y en recintos cerrados. Se trata de un estímulo a través de los movimientos. Normalmente aplican la psicomotricidad en su vida cotidiana cuando cogen la bici, cuando van a patinar, cuando saltan a la comba, cuando corren o juegan a la pelota… Sin embargo, psicomotricidad también puede estar incorporada en la misma casa y aprovechando ejercicios que permitan desarrollar esta capacidad.
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